Los poderes notariales son documentos públicos mediante los cuales una persona (poderdante) autoriza a otra (apoderado) para actuar en su nombre en determinados actos o negocios. Los poderes pueden ser generales o especiales, según las facultades otorgadas.
Es habitual que un poder se otorgue cuando una persona no puede realizar ciertos actos, trámites o negocios personalmente y desea delegar esa función en alguien de su confianza (poder especial). También es necesario en procedimientos judiciales que requieren de representación procesal (poder para pleitos). Incluso es habitual y recomendable otorgar un poder ante la previsión futura de una pérdida sobrevenida de capacidad (poder preventivo).
El poder general otorga amplias facultades al apoderado, mientras que el especial limita las facultades a uno o varios actos concretos.
Sí, el poderdante puede revocar el poder en cualquier momento mediante una escritura pública de revocación de poder.
No, salvo que se indique expresamente un plazo de vigencia.
No, solo el poderdante debe acudir a la Notaría para firmar el documento.
Sí, mediante una escritura otorgada ante un Notario del país de residencia y posteriormente legalizada o apostillada (y traducida en su caso), si se desea que tenga validez en España. También a través del Consulado de España en el extranjero, e incluso se podría hacer contactándote en remoto con el Notario español, por medio de videoconferencia, tal y como se explica en la sección “Firma por videoconferencia”.
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